martes, 22 de septiembre de 2015

La Violencia en Colombia en el Siglo XX y la Justicia en el Siglo XXI

Noviembre 2011


Mas no es completa gloria
Vencer en la batalla,
Que al brazo que combate
Lo anima la verdad.
La independencia sola
El gran clamor no acalla:
Si el sol alumbra a todos
Justicia es libertad.

Estrofa décima del Himno Nacional de Colombia. Compositor Rafael Núñez. Música de Oreste Sindici.

El escrito tiene el propósito de hacer un somero análisis de la violencia en el siglo XX y en la primera década del siglo XXI, enfatizando que durante los últimos años del siglo XX y comienzos del XXI se ha pretendido cambiar la realidad del conflicto armado con una ofensiva contra el terrorismo y la subversión, con diálogos, con un intento de desarme, desmovilización y reinserción de los paramilitares y con la promulgación e implementación de la Ley de Víctimas al finalizar los diez primeros años del siglo XXI. La pregunta de análisis a partir de contextualizar la violencia ocurrida durante el siglo XX, es ¿Qué función cumple el derecho para superar la violencia y qué usos del derecho pueden identificarse por parte de las víctimas de la violencia?. Pregunta que es respondida por la hipótesis; la función del derecho, es superar la violencia y hacer justicia, pero, el uso del derecho por parte de las víctimas depende de cómo entienden las víctimas y los victimarios el concepto de justicia. La afirmación que sintetiza lo expuesto es, que únicamente con una definición en común por parte de víctimas y victimarios de la justicia es posible que la Ley 1448 del 2010 sea efectiva y transicional.

El tema de la violencia en Colombia es pretérito, no es algo nuevo y no se puede entender la violencia de la primera década del siglo XXI sin tener en cuenta los antecedentes. Durante la primera década del siglo XXI, se realizó una incompleta desmovilización de los paramilitares, se ha intentado derrotar a las guerrillas, también se les propuso un diálogo y se formuló la Ley de Víctimas.

Probablemente explicar la violencia y la búsqueda de la paz después de 1991 era más lógico y aceptado que antes de la fecha por la ampliación de derechos de la nueva carta constitucional que evita los abusos de poder de los gobernantes con la fuerza coactiva del Estado. Además, cuando en la última década del siglo XX, ya no era vigente el fundamento ideológico del socialismo de la lucha armada por el poder y la derecha que promueve políticas económicas de libre mercado con una aparente defensa de la democracia liberal. Ambas posturas ideológicas y dogmáticas que justificaron la violencia, pero que después de promulgada la carta siguieron cometiendo actos violentos con la finalidad de eliminar al opuesto, con el interés de ejercer dominio territorial y controlar las utilidades de actividades económicas; ilegales e informales.

Los hechos de violencia que son contrarios a la paz, se pueden identificar en la historia, en diferentes momentos, a comienzo del siglo XX en 1910 es aceptado por los partidos que se formaron desde la segunda mitad del siglo XIX, que un régimen centralista es preferible a uno federalista. La estabilidad política de una constitución la cual podían ambos reformar, superando los motivos que los mantuvieron enfrentados por el poder después de la independencia. En los años 20’s hasta los 50’s la violencia volvió a ocurrir pero por motivos partidistas y no por pretender cambiar la constitución, como el orden territorial. La violencia que ocurre en ese entonces, no es por la clase dirigente, es en las bases de los partidos, en los directorios de pueblos y en áreas rurales donde se disputaban el dominio territorial por diferencias partidistas y tener control de la administración local. Con la formación de sindicatos, en ese entonces, en la refinería de Barrancabermeja, en las bananeras, en la burocracia de las ciudades principales y los empleados del sector de servicios e industrias, el origen de nuevos reclamos y demandas por parte de la población que se organizó no con los partidos tradicionales. La no respuesta a los reclamos y a las demandas a partir de políticas públicas, y sí con represión como en las bananeras, hace que nuevas ideas para el entonces como lo fue el comunismo y la disidencia del Partido Liberal de Jorge Eliecer Gaitán, con propuestas socialistas tengan acogida por parte de la población, pero que causa que se mantenga el fenómeno de violencia durante la década de los 40’s y comienzo de los 50’s, fenómeno que venía ocurriendo desde los años 20’s y se acentúa con la muerte de Gaitán.

Con la formación de guerrillas en los llanos, autodefensas al norte del Huila y en el de departamento del Tolima, la situación de violencia adquiere dimensiones que no dependen de un pacto que realiza el bipartidismo, como amnistías que engañan con la muerte a los bandoleros del entonces.

Con el arraigo de ideas comunistas en un porcentaje de la población rural y de menor porcentaje en la población urbana, frustrada por la muerte de Gaitán y excluida del Frente Nacional, la subversión se organiza como movimiento guerrillero que son enfrentados por la fuerza pública, y ante las derrotas mantienen adeptos, como no logran ser suprimidas para el entonces.

La Guerra Fría que protagonizaban dos potencias mundiales de ese momento, fomentó en ambas partes del conflicto armado interno el enfrentamiento, unos en detentar el poder y otros en la lucha, justificando el uso de la violencia armada por dos ideologías infundidas, por dos potencias que motivaban en unos hacer un cambio revolucionario y en otros en mantener un orden establecido.

Con el decreto 3398 de 1965 y la Ley 48 de 1968; la defensa civil, es mencionada, en ambos actos legislativos con la cual se pretendía que se organizaran autodefensas con el fin de contrarrestar la amenaza al orden establecido por parte de los subversivos, pero en consecuencia hace que la población rural y en parte la urbana, no fuera neutral y adoptara una postura a favor de la revolución, o a favor de mantener el orden establecido.

Con la bonanza de las esmeraldas en Boyacá y el emergente narcotráfico, para ambas actividades de economía informal e ilegal era necesarias las autodefensas y organizarse paralelamente a la fuerza pública y a la subversión para mantener los dominios donde se realizaban este tipo de economías. Aunque, el decreto y la ley de defensa civil no se implementó teniendo en cuenta estas actividades económicas informales e ilegales, si demostraba la incapacidad de la clase política que, por medio del Estado no podía garantizar la soberanía, el monopolio legitimo de las armas y la protección de la población civil, además demuestra la falta de criterio y de justicia, haciendo que el derecho perdiera su sentido y finalidad, en su función penal[1], y si ocurriendo en el territorio nacional no únicamente delitos políticos sino otros que son de materia penal, que no se responden con amnistías e indultos.

En la década de los 80’s con la expansión del narcotráfico y el arraigo de costumbres corruptas en la clase política y en un alto porcentaje de la población civil, no fue posible que en esa década se lograra la paz, aunque al final de la década ocurren desmovilizaciones de diferentes grupos subversivos ante la posibilidad de inclusión en el sistema político, muchos son asesinados y otros continuaran en las montañas de Colombia por las utilidades que resultan del narcotráfico, el secuestro, la extorsión, el robo de bancos cuando se tomaban pueblos y con la reforma de 1986 apoderase de los recursos municipales.

El decreto y la ley expedida en la década de los 60’s de defensa civil es derogada por el gobierno de Virgilio Barco, pero la organización por parte de terratenientes y narcotraficantes de paramilitares en connivencia con no todos los miembros de la fuerza púbica, terratenientes, empresarios y de políticos continúo. Antes de comenzar la década del 2000, mientras un área geográfica del país se despeja para intentar hacer la paz a partir de diálogos y acuerdos con la principal guerrilla y grupo terrorista, en otra parte de la geografía del país los paramilitares se convierten en hacedores de crímenes de lesa humanidad.

El desarme, la desmovilización y la reinserción en la primera década del siglo XXI con grupos paramilitares que se unifican, se hace por lo establecido en la Ley 418 de 1997, que no específica con qué grupos al margen de la ley se deben dialogar y hacer acuerdos, o si tienen propósitos políticos o no. Pero con esta ley también se realizan los diálogos con la guerrilla en la zona de distención. Con la Ley 975 de 2005 se hace un marco legal para la desmovilización, la justicia de las víctimas, la verdad y la reparación que se implementa con los paramilitares.

El proyecto político de la Seguridad Democrática que se mantuvo durante ocho años tiene similitudes con el Plan Lazo de Guillermo León Valencia, que igualmente fue una ofensiva contra las guerrillas del entonces, pero a diferencia de la Seguridad Democrática que no únicamente enfrentaba a un socialismo armado obsoleto, sino a un grupo terrorista.

El conflicto armado interno que se presenta en Colombia es no convencional, es prolongado, y de mediana y alta intensidad,[2] en el que los actores se han adaptado a los nuevos cambios económicos y políticos en el país y en el mundo, y no han podido ser eliminados del todo. El proceso de desarme, desmovilización y reinserción con los paramilitares no fue completo y esto es debido a la falta de compromiso por parte del gobierno del entonces de controlar y ofrecer una alternativa que sea pacífica a quienes hacían parte en principio de estas organizaciones, además la falta de diligencia y celeridad en los procesos jurídicos como rigurosidad penal en el momento de saber la verdad y obligarlos a reparar en el corto plazo. Por lo tanto al no tener otra alternativa, muchos de los que eran parte de los grupos paramilitares vuelve a delinquir, a excepción de sus primeros y principales jefes que los hacen desmovilizar, y que son los que primero están cumpliendo una condena, y son sus subalternos, los que se integran a bandas que se organizan con similitud a las estructuras paramilitares pero con el propósito de continuar dominando territorios y ser cómplices con el narcotráfico y la minería ilegal por las utilidades que estas actividades económicas informales e ilegales generan, además cometiendo algunas bandas, asesinatos, extorciones y secuestros.

Y es en esta realidad, que se presenta la Ley de víctimas que se formula en el 2010, se decide en el 2011 y se implementará en el 2012. Ley que propone hacer justicia, verdad y reparación a las víctimas de la violencia desde 1985, a quiénes hayan muerto por causas del conflicto armado interno, y no se haya cumplido el Derecho Internacional Humanitario, siendo civiles, no armados, serán atendidos por esta ley. Y quienes han sido despojados de sus tierras y desplazados desde 1991.

La ley de víctimas fue el resultado de un acto legislativo que se fundamentó en derechos y principios constitucionales, además en los Derechos Humanos. La ley tiene efectos jurídicos más no depende finalmente de decisiones políticas y económicas, aunque afecta la realidad política, social y económica del país, decisiones en estas estructuras dependerá de lo que dice la ley, sin omitirse de lo contrario no existirá coherencia con la constitución y la voluntad nacional en representación de los legisladores que aprobaron la ley.

Pero ¿Qué función cumple el derecho para superar la violencia y qué usos del derecho pueden identificarse por parte de las víctimas de la violencia?

En el caso de la ley de víctimas, la función del derecho es superar la violencia y hacer justicia, pero el uso del derecho por parte de las víctimas depende de cómo entiendan las víctimas y los victimarios el concepto de justicia.

Si bien la Ley 1448 del 2011 especifica en el capítulo dos con una serie de principios el modo en que la ley hace justicia, hay que analizar que el país vive un fenómeno de violencia que parece perenne, en el que se ha formado la nación con una dialéctica[3] de enemigo, de quiénes son buenos y de quiénes son malos, que en principio fueron independentistas contra realistas, después entre federalistas y centralistas, liberales y conservadores, izquierda y derecha, y esto ha generado en el imaginario una concepción de justicia que no es atinente con la del derecho clásico y moderno, el derecho que pretende hacer justicia dando a cada quién lo que le corresponde, como retribuyendo a quién se ha perjudicado por vulneración de sus derechos, o cuando alguien ha causado un mal grave por infringir una ley, retribuyendo con una sanción y obligación por la omisión de responsabilidad y cumplimiento.

Es con esta dialéctica, en consecuencia por un conflicto armado interno prolongado que ha formado la concepción del contrario como alguien que se tiene que eliminar, lo cual el hacer justicia es causarle la muerte, pero también se es justo cuando se confabulan para hacer el bien con los que comparten una misma identidad, sea de izquierda o de derecha, sin importar que al otro o a los otros les cause el mal, con tal obtenga algún beneficio y perjudique al enemigo. La dialéctica analizada se ha mantenido cuando los individuos involucrados son obedientes con quién impone una orden y se es sumiso, y no tienen una idea de lo común, como el respeto a la vida y las libertades, y no consideran la ley como al Estado los únicos que a partir de sus entes como la rama judicial, a partir de procedimientos, quienes con el uso del derecho buscan ecuanimidad, equidad y finalmente se haga justicia en búsqueda del bien común.[4]

El entendimiento de la Ley 1448 del 2011 por parte de víctimas y victimarios a partir de un concepto de justicia que acepten y que entiendan ambos, hace que exista efectividad en lo que propone la ley. Y cambie la realidad, la dialéctica que mantiene un fenómeno de violencia que ha hecho historia pero que no puede seguir, y sí hacer posible una oportunidad para la reconciliación nacional y la posibilidad de un porvenir que garantice por parte del Estado, los gobernantes y la sociedad civil un país diferente, que cambia su pasado histórico y comienza desde la reparación a la primera víctima un país mejor .


Composición Audiovisual


Aterciopelados Hijos de Tigre
https://www.youtube.com/watch?v=7vLhhBhhusM

En 54 años, 220 mil personas han muerto por el conflicto armado en Colombia
Julio 24, del 2014
http://www.elpais.com.co/elpais/judicial/noticias/54-anos-220-mil-personas-han-muerto-por-conflicto-armado-colombia


1280 Almas Fosa en el Platanal
https://www.youtube.com/watch?v=qxHD1DOpFAM

Desaparecidos: El Estado el gran responsable
2014/05/26
http://www.semana.com/nacion/articulo/desaparecidos-el-estado-el-gran-responsable/389173-3

Ekhimosis – La tierra
https://www.youtube.com/watch?v=thueBRlcaxE

Colombia conserva el deshonroso título del segundo país con más desplazados
2015/05/06
http://www.semana.com/nacion/articulo/colombia-es-el-segundo-pais-con-mas-desplazados/426628-

3

La tierra del Olvido (2015). Carlos Vives, Fanny Lu, Fonseca, Maluma, Andrea Echeverri, El Cholo Valderrama,
https://www.youtube.com/watch?v=8jtfXHadYIE

Más de 500.000 víctimas del Conflicto armado han sido reparadas en Colombia

Mayo 5 del 2015
http://www.elespectador.com/noticias/paz/mas-de-500000-victimas-del-conflicto-armado-han-sido-re-articulo-558791

Fuerzas Militares de Colombia. Ref. Pueblo
https://www.youtube.com/watch?v=9YRlgOobZDg


Note in 2011


Editado y Modificado septiembre 22 del 2015


Bibliografía


Acto legislativo n.º 1, 9 de enero, 1986


Constitución Política de 1991


Cote Barco, Gustavo Emilio. Derecho Penal de Enemigo En La Violencia (1948 – 1966). Editorial Pontificia Universidad Javeriana


Decreto 3398 de 1965


Himno Nacional de Colombia


Ley 48 de 1968


Ley 1448 del 2011


Pizarro Leongómez, Eduardo Pizarro. Una Democracia Asediada. Balance y Perspectivas del Conflicto Armado en Colombia.


Platón. Libro primero. Diálogos IV República. Editorial Gredos 1986


Uribe de Hincapié, María Teresa. Las palabras de la guerra metáforas, narraciones y lenguajes políticos : un estudio sobre las memorias de las guerras civiles en Colombia. La Carreta Editores E.U

[1] verCote Barco, Gustavo Emilio. Derecho Penal de Enemigo En La Violencia (1948 – 1966). Editorial Pontificia Universidad Javeriana


[2]Ver Pizarro Leongómez, Eduardo Pizarro. Una Democracia Asediada. Balance y Perspectivas del Conflicto Armado en Colombia.


[3]Uribe de Hincapié, María Teresa. Las palabras de la guerra metáforas, narraciones y lenguajes políticos : un estudio sobre las memorias de las guerras civiles en Colombia. La Carreta Editores E.U


[4]Comparar Platón. Libro primero.Diálogos IV República. Editor
ial Gredos 1986

En el Marco de la Seguridad Democrática "La Mata que Mata".



Junio del 2011

 “Insistiremos por las vías legales para que los medios de comunicación rectifiquen la mentira de que la planta de la Coca mata o es responsable de cualquiera de los males que le atribuía la malhadada publicidad”
Fabiola Piñacué

El escrito versa sobre las implicaciones del comercial “La Mata que Mata”, campaña publicitaria del  Departamento Nacional de Estupefacientes(DNE) que en el 2008 pretendía causar un imaginario colectivo en contra de la planta de coca, evidenciando la tención entre la legalidad y la ilegalidad, cómo las sociedades diseñan la frontera entre lo legal y lo ilegal, privilegiando la legalidad frente a la ilegalidad o viceversa, entre el Estado con las tres ramas del poder, los indígenas Nasa (liderados por Fabiola Piñacué) pertenecientes a la comunidad Páez en el  norte del Cauca y el narcotráfico. Comercial suspendido por la controversia  que causó dicha publicidad.

Palabras Clave: Estado, meta ordenamiento, meta preferencias, modelo mental, indígenas, la coca y el narcotráfico.

Sumario
Contextualización - Tención Entre Meta Ordenamiento y Meta Preferencias - El Valor Negativo de la Mata de Coca - El Imaginario Indígena de la Mata o la Planta - Tensión entre el “Meta Ordenamiento y las “Meta preferencias” - Modelo de Explicación Teoría de Juegos - Conclusión

***
Contextualización

La comunidad indígena Nasa (Páez) habita en la zona norte del departamento del Cauca, se calcula que son 110 mil habitantes asentados en un territorio de 193.370 hectáreas. El lugar se describe con topografía “quebrada” y que dificulta su tránsito por encontrarse en las estribaciones de la cordillera central y en la cordillera occidental.

“Nuestro territorio es una inmensa fuente de agua, pues hemos identificado 26.200 nacimientos provenientes de 123 lagunas naturales, las que siempre hemos cuidado y preservado, y ahora el gobierno pretende convertirnos en guarda bosques, pero sin contraprestación alguna en materia de soberanía alimentaría, por el contrario, la amenaza de contaminación de este gran depósito de agua siempre es latente a través de las fumigaciones, y la erradicación so pretexto de control a los cultivos ilícitos.”[1]
La “Mata que Mata” fue una campaña publicitaria de la DNE emitida desde el 28 de noviembre de 2008 por radio y televisión. El fin de la publicidad fue contra el cultivo de plantas de las que se extraen determinadas propiedades para convertirlas en psicotrópicos que son traficados por narcotraficantes. La “Mata que Mata”  principalmente hace alusión a la mata de coca, mata que tiene un significado cultural para diferentes indígenas entre los que se encuentra los Nasa o Páez, quienes obtienen de la mata una variedad de productos que se comercializan en un mercado legal. Aunque la propaganda no únicamente hace alusión a la coca, si promueve la eliminación de la planta, sin considerar que no únicamente es usada por narcotraficantes, sino que tiene un significado simbólico para  una comunidad indígena, propaganda que no hace excepción.

La hoja de coca es usada para la elaboración de clorhidrato de cocaína. La cocaína es  ilegal, su producción, como moralmente no es aceptado su consumo, siendo también prohibido, lo anterior causando un problema de crimen y delincuencia, generando ganancias a carteles, mafias como a grupos armados ilegales, también generando una problemática de salud pública.        

La “Mata que Mata” era un comercial que hace parte de la lucha contra el narcotráfico como igualmente pretendía evitar el consumo de psicotrópicos, entre los que se encuentran la cocaína, la heroína, la marihuana entre otros obtenidos de plantas o matas. El Ministerio del Interior y Justicia, junto con DNE, presentan el comercial sin considerar el significado de las plantas, del medio ambiente y la ecología, como el significado de la hoja de coca para las comunidades indígenas. Es un comercial que no reflexiona en cuanto al procesamiento de la cocaína, pero causa detrimento de las creencias indígenas.

En principio la propaganda es una estrategia por parte de la DNE y el Ministerio del Interior y Justicia para erradicar la planta, sin considerar como ya se mencionó el significado cultural por parte de los indígenas que hacen uso de la planta, no únicamente dentro de sus prácticas ancestrales, además su uso comercial como lo es en té, comestibles como galletas, pomadas,  bebidas energizantes entre otros que la comunidad Páez produce y vende en un mercado legal. La estrategia de la comunidad, expresada por Fabiola Piñacué, es preservar la mata o la planta, su significado cultural, incluso defender los productos que se obtienen y producen legalmente en un mercado.

Tención Entre Meta Ordenamiento y Meta Preferencias.

En el marco de la Seguridad Democrática y la lucha contra las drogas, la institución formal que se entiende es el Estado busca evitar cualquier cultivo y consumo de hoja de coca, porque se considera causante de problemáticas como el narcotráfico, el conflicto armado y la drogadicción, entre otros.

El Estado como institución formal diseña un conjunto de leyes, que se formulan democráticamente en un congreso y por intención de congresistas o ciudadanos organizados, por iniciativas del ejecutivo y también por iniciativas jurídicas. Las leyes limitan la acción humana, regulan las libertades y hacen deberes. 

Los legisladores, el ejecutivo y lo jurídico, han diseñado mecanismos para afrontar los problemas de violencia, entre los problemas, uno es el narcotráfico, que ha generando delincuencia y crimen, como también una forma de financiación de organizaciones armadas con motivaciones políticas y otras organizaciones armadas que se financian del narcotráfico para ofrecer protección como contrarrestar los dominios por parte de organizaciones armadas con motivos políticos. El narcotráfico, principalmente es la producción y distribución de estupefacientes, el cual es enfrentado con la ley y con el uso de la fuerza.

El Estado de modo democrático hace un orden entendido como “meta – ordenamiento” que impone y define que es ilegal o legal, estrechando la racionalidad colectiva e individual.[2] Con el ordenamiento intenta moldear las preferencias colectivas e individuales, como hacen que sean transitivas las necesidades,  los deseos y los intereses de todo un grupo de colectividades o de un grupo de individuos, permitiendo que sean prioritarias unas necesidades, unos deseos y unos intereses primero que otros. El  “meta – ordenamiento” que han diseñado los gobernantes, los legisladores y la jurisprudencia establece que la seguridad es prioridad, siendo el narcotráfico una amenaza contra la seguridad del Estado y los nacionales. Con lo anterior las “metas - preferencias” de los narcotraficantes y de las organizaciones armadas que se financian con el narcotráfico quedan prohibidas por lo legal, pero de forma ilegal tienen un margen de acción que no es controlable por la institución formal, por el Estado. La informalidad del narcotráfico es lo que permite mantenerse, cuando entre los narcotraficantes y organizaciones armadas se coordinan para recibir protección a cambio de un pago, protección de corredores de tráfico de drogas y seguridad en los cultivos igual donde se procesa la droga. El narcotráfico y las organizaciones armadas cooperan enfrentando a la fuerza pública y hacen normas entre estos que se expresan en pactos y acuerdos para dominio de tierras y de población.

El narcotráfico como la existencia de organizaciones armadas con motivos políticos y otras que se dedican al negocio de la protección y en ofrecer seguridad, hacen parte de una “cultura del atajo” que se entiende como la búsqueda de beneficios inmediatos o en el  corto plazo con el uso de medios ilegales y violentos para obtener los beneficios.[3] Todo lo anterior conculca la ley justa, afectando no únicamente la institución formal del Estado, sino a toda la sociedad que se perjudica con prácticas corruptas, las cuales impiden el funcionamiento formal de la institución estatal, cuando funcionarios, servidores y autoridades de la fuerza pública, entre otros, hacen parte de la "cultura del atajo" por actos de corrupción, principalmente por sobornos, que ocurren por los beneficios inmediatos que resultan de la bonanza de estupefacientes. Los que hacen parte de la "cultura del atajo", en este caso por el narcotráfico, hacen acciones estrategias, que son egoístas, acciones que buscan el beneficio personal, sin considerar las consecuencias que resultan cuando alteran el orden público como igualmente la libertad de toda una sociedad, la cual está insinuada a adoptar el mismo tipo de acciones en otros ámbitos, siendo la ley formulada y aplicada leguleyamente, difuminándose concepto alguno de justicia, de sanción y castigo. 

El narcotráfico no únicamente ha afectado a una sociedad urbana y rural, también a poblaciones indígenas que hacen uso de la hoja de coca y cultivan coca, principal materia para la obtención de cocaína. Pero la hoja de coca y la planta, como las creencias y culturas indígenas están perjudicadas por la lógica de narcotraficantes y organizaciones armadas con motivos políticos o organizaciones armadas de protección, en cuanto al dominio territorial y de población. Las poblaciones indígenas siendo víctima de crímenes de lesa humanidad, despojo de tierras, desplazamientos, entre otras injusticias, han tenido que sobrevivir en medio de un conflicto armado interno. Su planta de coca, parte del ecosistema y del medio ambiente, las plantaciones para uso medicinal y para la elaboración de productos legales que se obtienen de la mata o la planta, se han visto perjudicadas no únicamente por narcotraficantes además por el Estado que cuenta con programas para erradicar la planta o la mata, que hacen que se evite cualquier cultivo sin importar el propósito del mismo, siendo una planta ancestral de algunas culturas indígenas, lo cual su propósito de cultivarlas y hacer uso de estas no tiene que ver en nada con el narcotráfico.

El Valor Negativo de la Mata de Coca

De acuerdo con las dinámicas de producción, tráfico y consumo de drogas, se han construido modelos mentales compartidos por las autoridades y gran parte de la sociedad colombiana que le asignan un valor negativo a la hoja de coca.

La dinámica de tráfico de drogas explicitó en el narcotráfico causa delitos, crimen y terrorismo, en consecuencia genera inseguridad y desconfianza, lo cual hace un modelo mental compartido en habitantes de ciudades y de zonas rurales que son ajenos a la dinámica de producción, tráfico y consumo de drogas. Los habitantes de ciudades y del campo sienten aversión a todo lo relacionado con narcotráfico, que les genera una percepción negativa entre otras cosas la hoja de coca como también lo pretendía el comercial la “Mata que Mata”. Por Modelo mental compartido se entiende una estructura mental cognoscitiva que crea imaginarios, define la realidad,  resuelve conflictos y soluciona problemas comunes,[4] en el caso de los habitantes de la ciudad y el campo, no es un modelo mental compartido que se adapte a situaciones marginales más allá de las periferias rurales y urbanas, zonas marginales distantes de ciudades y fuera del campo en donde organizaciones armadas y narcotraficantes tienen un modelo mental compartido con similitud entre estas, en donde hacer justicia por cuenta propia impera y quién no esté de acuerdo con las organizaciones armadas y de narcotraficantes es despojado o asesinado. Ambos modelos mentales compartidos, el de los habitantes de las ciudades y lo rural, como el de organizaciones armadas son una amenaza para las comunidades indígenas, porque sus creencias y su cultura no son entendidas por habitantes de la ciudad y lo rural tampoco, los narcotraficantes y las organizaciones armadas ante la no cooperación de los indígenas con ellos, su vida como su tierra está en riesgo, como igualmente todo un ecosistema y todo el medio ambiente. Siendo que las personas habitantes en lo rural y lo urbano, relacionan la mata de coca con el narcotráfico y para enfrentar el narcotráfico  legitiman una serie de programas gubernamentales y leyes Estatales que están en función de destruir la mata o la planta, sin considerar que la decisión perjudica a la ecología como al medio ambiente y la vida de los propios indígenas.

Los habitantes de la ciudad y lo rural legitiman leyes y programas de erradicación, las organizaciones armadas se enfrentan a causa del “meta ordenamiento” los indígenas  comparte un modelo mental diferente. Las estrategias de los gobernantes, legisladores y jueces son enfrentar el narcotráfico, los narcotraficantes a los gobernantes, a los legisladores y a los jueces, no existiendo cooperación entre ninguno, ni por parte de los indígenas no existe información entendible entre ellos, siendo muy diferente, pues los fines de cada uno no coinciden, además los indígenas hacen resistencia para conservar su vida, su integridad, junto con sus creencias y cultura, ellos no cuentan con los medios suficientes para imponerse sobre los narcotraficantes y el Estado.

Los indígenas pueden tomar la decisión de ser los primeros en inducir a un cambio, ser ¨First Movers¨,[5] ser lo suficientemente altruistas adoptando una estrategia de cooperación entre los indígenas y oponerse a la subyugación de los narcotraficantes como intervenir en el Estado y cambiar la forma cómo se enfrenta el narcotráfico, que ha perjudicado no únicamente a la población indígena, sino además el ecosistema y el medio ambiente de su territorio. Pero una iniciativa así puede ser costosa, por no tener información suficiente en cuanto a gobernantes, legisladores y jueces, y además de los narcotraficantes, siendo que los primeros consideran que en su territorio hay estupefacientes y los narcotraficantes en querer dominar esa aérea geográfica.  

Pero debido a campañas que se inscriben en programas de erradicación de cultivos de coca, como el comercial la ¨Mata que Mata¨ hacen que las iniciativas de la oposición contra la subyugación de narcotraficantes y para cambiar la estrategia contra el narcotráfico por parte del Estado, se frustre, porque se ha generado a partir de la propaganda la percepción de desconfianza e inseguridad, no siendo una campaña contra el narcotráfico, sino contra una serie de matas entre las que se encuentran la coca, teniendo un significado que perjudica las creencias y las culturas indígenas, como fomenta en los habitantes de la ciudad y de lo rural la aversión por quiénes hacen otro uso de la mata o de la planta con sus hojas. La percepción negativa contra la mata, contra las creencias y la cultura indígena, se deben en parte a la emisión de la propaganda, según dicen que un porcentaje de la población no valida la información que se recibe cuando proviene de una institución formal como lo es el Estado y se confía como se le atribuye la responsabilidad y la solución de problemas en este caso el narcotráfico.[6]

El Imaginario Indígena de la Mata o la Planta        

Dentro del modelo mental compartido de la cultura indígena encontramos que consideran lo sagrado, lo espiritual y las bondades de la planta. De acuerdo con el sentido de respeto con la planta por parte de los indígenas la pequeña empresa indígena Coca Nasa y Coca Sek ha venido realizando diversos productos a base de hoja de coca, situándose en lo legal.

Los indígenas a partir de sus creencias y su cultura han desarrollado entre estos capital social,[7] una estructura que permite que se relacionen para el logro de propósitos comunes, en el caso de la comunidad Páez hacer una empresa que ofrece productos a base de coca, productos que se ofrecen en un mercado legal.

El modelo mental de los indígenas permite que entre estos  se desarrolle capital social, lo cual genera reciprocidad, confianza y permite que se mantengan organizados, reduciendo los costos de información como los hacen dispuestos a cooperar,[8] frente a la adversidad y los peligros que representa el narcotráfico, como hacen oposición a toda acción emprendida por el Estado, los partes en el conflicto armado interno, que perjudican su integridad física y cultural como comunidad.

La tutela que impone Fabiola Piñacué, un acto que no es personal al imponer la tutela; es el resultado del  capital social de los indígenas los cuales se resisten y se oponen en cuanto a lo que impone el Estado según la lucha contra las drogas en especial la propaganda, como también proponen una alternativa para el narcotráfico con sus productos a base de coca.

Con los productos, los indígenas Páez obtienen beneficios para su comunidad, hace un nivel de cooperación que les permite mantener como aumentar el capital social, además generan confianza entre los habitantes del campo y la ciudad que cambia la percepción de la hoja de coca con los productos que ofrecen, teniendo su comunidad mejor reputación como igualmente beneficios para su bienestar.    

Tensión entre el “Meta Ordenamiento y las “Meta preferencias”

Con respecto al “meta - ordenamiento” tenemos por un lado la Constitución Política de Colombia donde se reconoce la existencia de comunidades indígenas, los cuales cada uno de los miembros de la comunidad son portadores de derechos, además sus tierras son patrimonio de la nación, como tienen representación preferencial como minoría en el congreso y en sus territorios cuentan con una jurisdicción especial la cual les permite resolver litigios según sus creencias y su cultura, como igualmente la constitución les permite contar con juntas de gobierno para administrar y tomar decisiones en sus territorios.[9] Pero con la prohibición y erradicación de la hoja de coca están vulnerando sus creencias y su cultura.  Por un lado tenemos la normatividad que cimienta toda la estructura legal que le atribuye derechos a la población, además permite que los productos que elaboran a partir de la coca se puedan comercializar legalmente en un mercado, no son psicotrópicos, ni están relacionados con el narcotráfico. Pero por otro lado el “meta - ordenamiento” considera necesario erradicar la mata de coca.

Las creencias y la cultura de los indígenas en especial de los Nasa, son reconocidas y amparadas por derechos, el "meta - ordenamiento" estrecha como prohíbe vulnerar su cultura y su creencia, igualmente la de todo indígena. Pero la institución formal, a partir del “meta - ordenamiento” emprende una serie de programas y propagandas que vulneran la cultura y las creencias de los indígenas, como igualmente perjudica sus productos a base de coca.

En el “meta - ordenamiento” hay una contradicción lo cual es corregible si se hace de modo democrático un diseño que cambie la ley, como igualmente la forma como se enfrenta la problemática de las drogas. Teniendo en cuenta que los indígenas antes de la constituyente de 1991 no tenían el reconocimiento que tienen hoy en día, hay que entender que, como dicen existe una "pauta de dependencia" que determina cierta condición "sub - óptima"  de la población indígena, que hace muy poco cuenta con derechos. La  situación "sub - óptima" es debida a que no comparte un modelo mental similar al del gobierno, en general la de todos los legisladores y los encargados de la jurisprudencia, modelo mental de los indígenas que se está ajustando al modelo mental de todos los que hacen parte del Estado, lo cual depende de variables funcionalistas y intencionalistas  que todos los nacionales compartan un mismo modelo mental compartido, o uno en el cual exista aceptación de la pluralidad, como la diferenciación de credos y culturas.

Los indígenas cooperan de modo muy diferente para enfrentar el narcotráfico y las organizaciones armadas, diferente a como la enfrentan los gobernantes, los legisladores y la jurisprudencia, siendo que los indígenas están en riesgo y constante amenaza por organizaciones armadas y narcotraficantes, los indígenas no ejercen la fuerza como lo hace el Estado contra las organizaciones armadas y narcotraficantes, entonces la cooperación que hacen los indígenas para suprimir el narcotráfico no es igual a la fuerza del Estado, sino a partir de cambiar el uso de la planta de coca.  

Modelo de Explicación Teoría de Juegos

Tención entre "meta preferencias" y "meta - ordenamiento",

Jugadores,

   A.      El Estado, con las tres ramas de poder
   B.      Indígenas, comunidad Páez

Problemática que afecta a ambos, el narcotráfico, organizaciones armadas con motivaciones políticas y organizaciones armas que ofrecen seguridad de modo ilegal.

Ambos jugadores cuentan con información incompleta, cooperar o no cooperar con la lucha contra las drogas.


C: Cooperar, NC: No Cooperar 


U
Juagador A
Juagador B
1
(C,NC)
(NC,C)
2
(NC,NC)
(NC,NC)
3
(C,C)
(C,C)
4
(NC,C)
(C,NC)

         

                                          

Explicación  

La situación entre los jugadores A y B en la problemática de las violencia por el narcotráfico y las organizaciones armadas se asemeja al "juego del dilema" del prisionero, ambos no cuentan con información completa, ambos son cómplices en no remediar a tiempo la situación de violencia, aunque de las tres ramas del poder depende garantizar el orden y la libertad en todo el territorio, ambos no tomaron medidas cuando el narcotráfico comenzó y se expandió, los indígenas no denunciando a tiempo haciendo junto al ejecutivo una política pública respectiva que acabara la situación. Ambos han tomado una decisión independiente, sin coordinarse en principio, por parte del Estado y sus ramas del poder enfrentar con la ley y la fuerza el narcotráfico, y  los indígenas cambiar el uso de la planta de coca sin consultar con el Estado.

Equilibrios, existe un equilibrio en el juego cuando ambos no cooperan o cuando ambos cooperan, siendo que ninguno tiene incentivos para cambiar de estrategia, cuando A coopera, junto con B en la lucha contra las drogas, el Estado tiene que dejar de fumigar y erradicar la planta, siendo que deja de hacer uso de la fuerza y realiza junto con los indígenas programas para cambiar el uso de la hoja de coca en todo el territorio. La utilidad de ambos en este caso es de tres, el Estado pierde una unidad al no hacer uso de la fuerza y la violencia legal que es lo que lo caracteriza, los indígenas por su parte tienen tres pero no tienen una utilidad de cuatro cuando las ganancias de la coca las comparte con el Estado. Otro equilibrio que se presenta es cuando ambos no cooperan, cuando el estado decide fumigar y erradicar la planta, como hacer propaganda que vulnere la cultura indígena, además imponiendo la fuerza y la ley en territorios como igualmente en la población, generando riesgo de violar los derechos humanos, deteriorar los ecosistemas y perjudicar el medio ambiente. Si los indígenas no cooperan, sus productos serán relacionados con el narcotráfico, como serán enfrentados con la ley y la fuerza, algo que los indígenas rechazarían y emprenderían una resistencia o oposición, intentarán evitar ser considerados narcotraficantes. La utilidad en el caso de no cooperar para ambos es de dos.

Estrategias dominantes. Para el Estado una estrategia dominante es la de no cooperar, cuando hace uso de la fuerza y la ley erradicando, fumigando y enfrentando a los narcotraficantes, pero su utilidad es cuatro si logra convencer que los indígenas son narcotraficante y por lo tanto son una amenaza, tanto para la población nacional como para la comunidad internacional. Para los indígenas no cooperar cuando se hacen alianzas con los narcotraficantes y obtienen mayores utilidades con la hoja de coca, pero compartiendo utilidades con los narcotraficantes, lo cual no serían únicamente indígenas sino se convertirían en narcotraficantes y parte de la estructura de las organizaciones armadas, sería otro dilema si hacen parte de los organizaciones armadas con motivos políticos o los que únicamente ofrecen protección, pero podrían según su estrategia derrotar a las fuerzas del Estado. Ambos al no cooperar asumen un alto costo. Pero finalmente alguno obtiene mayor ganancia.

Conclusión

El lanzamiento de la campaña publicitaria la “Mata que Mata” se emitió por primera vez en el 2008, propaganda en la que se hace evidente que el Estado colombiano junto con quienes hacen parte de las ramas del poder, deciden no cooperar junto con los indígenas en la lucha contra las drogas, cuando el comercial hace alusión a diferentes matas entre estas la mata de coca que no únicamente tenía la connotación contra las matas con las que el narcotráfico procesa drogas, sino igualmente contra las matas o plantas en general, según lo hace entender José Fernando Isaza, columnista que escribe lo siguiente en la publicación del 13 de octubre del 2010, columna que titula “La Mata que Mata”.
 
“El té de hojas de coca, de amplio consumo por nativos y turistas en el altiplano de Perú y Bolivia, no sólo no mata sino que es muy apropiado para evitar el “mal de altura”. Otra cosa es la cocaína que aumenta el riesgo de daños cerebrales y es tan adictiva como el cigarrillo, hay evidencias, que en muchos casos la sobredosis puede causar la muerte. Afirmar oficialmente que la mata de coca mata es como decir que el árbol de guayaba mata pues de él se puede construir un mazo, descargárselo a alguien y descalabrarlo”[10]
 
El columnista menciona lo mal enfocada que es la campaña publicitaria, como igualmente no es efectiva para reducir el consumo de droga.
 
El 17 de diciembre del 2010, el canal de televisión Caracol en su página web publica con el titular “La Corte Suprema de Justicia Ordena Suspender el Comercial “La Mata que Mata”, noticia que hace referencia a la suspensión del comercial, demanda de la líder Fabiola Piñacue, vocera de la comunidad Paéz, Coca Nasa y Coca Sek, quien decide imponer una acción de tutela por ser vulnerados sus derechos, como en defensa de los productos elaborados a partir de coca, que argumentaba que “la coca no es cocaína, como la uva no es vino, distinción que hace la corte al considerar que el comercial no hace diferencia entre la coca y el clorhidrato de cocaína. La noticia concluye con afirmar que.  
 
“Además de la campaña rechazada, el Gobierno que la promovió, el de Álvaro Uribe (2002-2010), intentó restringir a los asentamientos indígenas la venta de productos basados en las hojas de coca, con el cierre de los locales en los que son comercializados”[11]
 
Ambas notas de prensa evidencia la intención de enfrentar el narcotráfico a partir de erradicar y fumigar la mata de coca, como prohibir otro procesamiento de la hoja diferente al de producir clorhidrato de cocaína.

Lo anterior demuestra la intención por parte del gobierno, específicamente de la Dirección Nacional de Estupefacientes y el Ministerio del Interior y de Justicia, en la presidencia de Álvaro Uribe Vélez de considerar la mata de coca un mal igual que el narcotráfico, haciendo la connotación de que también quienes la siembran y la han usado según sus creencias y cultura está haciendo algo prohibido igual de mal al que causa el narcotráfico. Siendo una tutela interpuesta por alguien perteneciente a la comunidad Páez  para suspender el comercial, nunca fue una iniciativa legislativa y tampoco iniciativa de lo jurídico suspender el comercial, corolario que hace entender que el Estado con las tres ramas del poder comparten un modelo mental que contradice el “meta - ordenamiento” de la constitución, que sería proteger a los indígenas como sus plantas.

El comercial “La Mata que Mata” muestra una tensión entre el “meta – ordenamiento” y las “meta - preferencias”, de dos modelos mentales compartidos diferentes, entre quienes hacen parte del Estado con una gran mayoría de población rural y urbana,  y los indígenas, ambos que afrontan un mismo problema, organizaciones armadas y  el narcotráfico.

Con los supuestos con los que se pretendió explicar el juego y las estrategias de cooperar o no cooperar, resalta que antes de suspender la propaganda ambos no cooperaban, después de suspendida comienza un proceso paulatino intencional de cooperar en sustituir el uso de la mata de coca para el procesamiento de cocaína, pero para lograr un equilibrio en el que ambos se beneficiarían es esencial que el Estado cambie su estrategia de enfrentar el narcotráfico, promoviendo el no consumo de cocaína, en general de psicotrópicos, como cambiando el uso que hacen los narcotraficantes de la mata de coca, disminuir progresivamente el uso de la fuerza, y  cambiar el narcotráfico por un comercio de bienes legales de productos de coca los cuales tributen obteniendo el Estado ganancia por dichos productos, así lograrían un equilibrio en el que ambos no se perjudican y solucionan un problema de violencia.

Composición Audiovisual


progetto coca sek   l


Coca Nasa

Comercial Vive 100% Colombia 2012



Vive 100, El Energizante Local que Torea a Red Bul
6 de junio del 2014

En cines nos vemos – Sumas y Restas – Víctor Gaviria, 2004
https://www.youtube.com/watch?v=RWtqZ71zIUU

Aumenta el Cultivo de Coca y Producción de Cocaína en Colombia, Alerta la ONU

Película Sumas y Restas
https://www.youtube.com/watch?v=nlr8sWFmRU4


Note in 2011
Editado y Modificado septiembre 22 del 2015

Bibliografía

Asociación de cabildos indígenas del norte del Cauca ACIN Recuperado en 11 mayo de 2011 pagina web http://nasaacin.org

Constitución Política de Colombia

Caracol.tv

El Espectador.com

GONZÁLEZ, Jorge Iván. “La ilegalidad, los meta-ordenamientos y las meta-preferencias”. En Revista economía institucional, N0 2, Primer Semestre de 2000.

MANTZAVINOS, C. (2001) Individuals, Institutions and Markets. New York. Cambridge University Press. Parte I (Individuals) y Parte II (Institutions).

MOCKUS, ANTANAS. Y CANTE, FREDDY. “Superando la guerra y otros atajos” en Acción política no-violenta, una opción para Colombia. Universidad del Rosario. Bogotá, 2005

STOLLE, DIETLIND. (2007) “Social Capital”. En, The oxford Handbook of Political Behavior. Oxford University Press.  

SUDARSKY, JOHN. (2008) “La evolución del capital social en Colombia 1997-2005”. En Revista Javeriana. Agosto



[1] Asociación de cabildos indígenas del norte del Cauca ACIN. Recuperado en 11 mayo de 2011.
[2] -GONZÁLEZ, Jorge Iván. “La ilegalidad, los meta-ordenamientos y las meta-preferencias”. En Revista economía institucional, N0 2, Primer Semestre de 2000.
[3] -MOCKUS, ANTANAS. Y CANTE, FREDDY. “Superando la guerra y otros atajos” en Acción política no-violenta, una opción para Colombia. Universidad del Rosario. Bogotá, 2005

[4]MANTZAVINOS, C. (2001) Individuals, Institutions and Markets. New York. Cambridge University Press. Parte I (Individuals) y Parte II (Institutions).
[5] MOCKUS, ANTANAS. Y CANTE, FREDDY.
[6] -SUDARSKY, JOHN. (2008) “La evolución del capital social en Colombia 1997-2005”. En Revista Javeriana. Agosto.
[7] -STOLLE, DIETLIND. (2007) “Social Capital”. En, The oxford Handbook of Political Behavior. Oxford University Press.
[8]-STOLLE, DIETLIND..
[9] Ver Constitución Política de Colombia, artículos  ARTICULO 10, ARTICULO 63, ARTICULO 171, ARTICULO 286, ARTICULO 330, ARTICULO 329

[10] El Espectador.com. La Mata que Mata columna de opinión de José Fernando Isaza 13 de octubre del 2010.
[11] Caracol.tv La corte suprema de justicia ordena suspender el comercial “la mata que mata” 17 de diciembre del 2010.

lunes, 21 de septiembre de 2015

La Serranía de San Jacinto o El Territorio de los Montes de María


Noviembre del 2011 

El siguiente escrito hace una breve descripción geográfica e histórica de La Serranía de San Jacinto o Los Montes de María, tiene el propósito de explicar la situación que se presentó en esta parte del país y cuál fue la causa de la violencia, también una posible solución al conflicto armado interno. 

Sumario 


Descripción Geográfica – Reseña Histórica - El Conflicto Armado en Los Montes de María o Serranía de San Jacinto - Explicación al problema de la Violencia y la Violación de los Derechos Humanos - Explicación de la violencia a la paz en la Serranía de San Jacinto y los Montes de María - Anexo -Referencias – Bibliografía. 

*** 
Descripción Geográfica 

Los Montes de María o Serranía de San Jacinto están ubicados al norte del territorio colombiano, hacen parte de la Región Caribe y es una montaña que su altura máxima está entre los 700 y los 1000 metros sobre el nivel del mar. Tiene un clima cálido y es semiárido en las partes bajas que se compone de cubierta vegetal con pastizales, matorrales, arbustos y bosques húmedos que se extiende de sur a norte desde límites del departamento de Córdoba cruzando Sucre hasta el sur del departamento de Bolívar. El área geográfica la componen 15 municipios del departamento de Sucre que son Morroa, Los Palmitos, San Antonio de Palmito, Chalán, Ovejas, Colosó, Toluviejo y San Onofre. Del Departamento de Bolívar son EL Carmen de Bolívar, Zambrano, El Guamo, María La Baja, Córdoba Tetón, San Jacinto y San Juan Nepomuceno(1).[1] En tres zonas geográficas se puede dividir La Serranía de San Jacinto o los Montes de María; la primera es una zona plana al oriente que limita con el río Magdalena que se aproxima a los municipios del departamento de Bolívar como lo son El Guamo, San Juan Nepomuceno, San Jacinto, Zambrano y Carmen de Bolívar. La segunda es una zona montañosa que comienza en la serranía de Coraza en el municipio de Toluviejo, continuando con elevaciones montañosas menores en Coloso y desde la falda de la Serranía en el municipio de Chalán. Y una tercera zona sería el Litoral al occidente de la región donde se ubica el municipio de San Onofre. 

Toda el área geográfica de la Serranía de San Jacinto o los Montes de María comparte su folklor con la región Caribe, los ritmos y los orígenes de su música se remontan a los primeros indígenas. La música del Caribe cuentan que tiene carácter de rito, imponencia y elegancia, luego con la conquista española y la población de África comienza a tener un carácter de dolor pero a su vez de alegría(2).[2] Sonidos que son producto de guache o maracas indígenas, de flauta de millo o pito atravesa'o, de la gaita de origen indígena pero de nombre que recibe de los españoles, además músicas con voces femeninas o masculinas que son acompañadas por tambores macho o llamador y los tambores hembra. Entre los ritmos autóctonos está el fandango, una adaptación y manifestación africana, el porro ritmo auténtico de origen indígena, ambos son entre otros los orígenes de la cumbia que es la combinación de diferentes ritmos de fandango y porros. Además de los ritmos, la población que habita en dicha área comparte vestuario típico como lo es con el sombrero de caña de flecha o sombrero vueltiado, también elaborando tejidos de hamacas y de otras prendas con otros materiales (3).[3]

Reseña Histórica 

Los primeros habitantes datan aproximadamente de 2.000 años atrás, la población del entonces dispersos en llanuras y montes se conocen como Zenúes de quienes se sabe fueron una tribu que desarrolló un sistema hidráulico para la agricultura, además de forma artesanal la alfarería y la orfebrería. Su organización social la dirigían caciques los cuales tenían funciones políticas, religiosas y económicas, era quienes controlaban el intercambio de bienes entre comunidades Zenúes y otras tribus, administraban el sistema hidráulico para el cultivo de maizales y yucales, además organizaban ceremonias religiosas. Su creencia religiosa se expresaba en la fertilidad y la glorificación de los ancestros, realizaban ceremonias funerarias entre otras que se manifestaban con danzas y música. Hallazgos arqueológicos según demuestran que los ajuares de los difuntos variaban según su posición social, sobre el entierro se sembraba un árbol y los cambios naturales en el clima como las inundaciones, las sequias, la abundancia de las cosechas, la reproducción de la sociedad se explicaban según creencias que atribuían a las mujeres. El centro religioso se ubicaba donde está el Finzenú y afirman que era dirigido por una cacica. Entre los más sobresalientes caciques está el Finzenú que gobernaban desde el río Senú, el Panzenú que a su vez ejercían poder en áreas del río San Jorge, el cacique Zenufana en el bajo cauca. La población dispersa en pequeñas comunidades desarrollaba actividades económicas como la pesca, la agricultura, la orfebrería, la alfarería y los tejidos entre los cuales están las mantas, las hamacas y los objetos de cestería. Entre las figuras más sobresalientes que producían de alfarería están en formas de mujeres y en orfebrería están figuras zoomórficas de aves, anfibios y felinos de la región. La tradición metalúrgica se mantuvo aún después de la conquista. El oro se obtenía de las cabeceras de los ríos Sinú, San Jorge y del Bajo Cauca (4).[4]

Se calcula que ocurrieron cambios demográficos por el crecimiento de la población Zenú aproximadamente después del año 1100 d.C, que se agruparon en regiones pantanosas y en las riveras del río Sinú, también por las migraciones de otras poblaciones indígenas que venían por el río Magdalena. La conquista y colonización foránea de estos territorios empieza en el año de 1533 aproximadamente por expediciones que buscaban oro. Los indígenas fueron mano de obra que sirvieron en los territorios que dominaba la fundada población de Cartagena. En siglo XVIII los españoles los llamaban con el nombre de Malibúes y fue el siglo en el que se dominó parcialmente también a los Chimilla. Para el entonces se comunicaban por medio de caminos entre las poblaciones de Ovejas, Carmen, San Cayetano, San Antero y San Juan Nepomuceno. Las fundaciones fueron solares construidos por los colonizadores. Después de la migración de población esclava del África los territorios Zenúes fueron poblados por negros cimarrones que eran mano de obra de minas y haciendas.(5)[5]

Durante la época de la república, siglo XIX, los Montes de María o la Serranía de San Jacinto, el territorios se divide en parcelas que rodeaban latifundios ganaderos, en la hegemonía Conservadora de finales de siglo XIX y comienzos del XX se fundan diferentes haciendas en disminución de parcelas. En la década de los años 60´s del siglo XX, durante el Frente Nacional en la presidencia de Carlos Lleras Restrepo se hace un distrito de riego y se parcelan tierras en la parte baja al oriente de los montes. Por la calidad de sus suelos y variación de pisos térmicos, en la década del 70´s del siglo XX con la reformas agrarias realizadas se empieza a formar una clase campesina empresarial que ejerce presión sobre las grandes propiedades y ocurren aproximadamente 640 invasiones de tierras. La Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) logra títulos, créditos, asistencia técnica, escuelas, puestos de salud, cooperativas, vías, sedes administrativas como juntas de acción comunal de campesinos. Los parceleros que se dedicaban al cultivo de arroz, otros pocos a la ganadería, la propiedad comenzó a concentrase debido a las deudas de los parceleros que después vendían la tierra (6).[6] La concentración es una característica de la región después de las reformas agrarias durante el gobierno de Carlos Lleras Restrepo, en alrededores de los municipios; el 100% del área que comprende los propietarios que tienen entre 5 y 1 hectárea son 8.931, el 30%. Pero, son únicamente 5 propietarios los que poseen 18.130 hectáreas que equivalen al 25% del total de las tierras, en predios que superan las 2.000 hectáreas, el 45% restante según no se encuentra registrado (7).[7]

El Conflicto Armado en Los Montes de María o Serranía de San Jacinto 

En el 2010 se calcula que son 646.000 personas en total las que ahí habitan. Desde finales de la década de los 80´s y comienzos de 90´s el área se encuentra afectada por el conflicto armado, el territorio estuvo bajo control de los organizaciones armadas guerrilleras que se enfrentaron esporádicamente con la fuerza pública, pero desde 1995 la población fue atacada sistémicamente por estructuras paramilitares. Entre 1996 y 2003 fueron 42 las masacres, 16 entre 1999 y el 2000, 25 fueron por motivos de apropiarse de tierras, además cuentan los testimonios que destruyeron bienes civiles, actos de pillaje, torturando, cometiendo violaciones sexuales y desapariciones forzadas. Entre 1995 y el 2000 se calcula que fueron víctimas del desplazamiento forzado 20.677 personas que abandonaron sus posesiones individuales y familiares, despoblando zonas rurales que según quedaron concentrados en unos pocos. El mayor municipio que registró afluencia de población desplazada fue El Carmen de Bolívar(8).[8]

El control territorial se modificó del año 2002 al 2005, según los actores armados en la región fueron las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia con un 54%, las Autodefensas Unidas de Colombia con un 13%, el Ejercito de Liberación Nacional y Ejército Revolucionario del Pueblo con un 2% cada uno, y con un 29 % la delincuencia común aproximadamente. La Fuerza Pública influencio de manera directa en la disminución de la intensidad del conflicto armado presente en la zona tratando de mantener el control desde el 2003. La zona fue disputada entre guerrilleros y paramilitares entre 1998 y el 2005 por corredores del narcotráfico y propiedades de tierra, los guerrilleros por el avance paramilitar se fueron relegado a las partes altas, los paramilitares empezaron a dominar las partes planas con el fin de tener más control en cuanto a los corredores que se comunicaban con zonas del interior hacia la salida del mar Caribe(9).[9] Los frentes guerrilleros en la región cometían secuestros, extorciones y toma de pueblos, para finales de la década de los 90’s el organización armada que predominaba era los paramilitares de ¨Héroes De Los Montes de María¨ con los frentes “Canal del Dique”, “Central Bolívar” y “Golfo de Morrosquillo”. Quienes fueron según cuentan los testimonios los responsables de las masacres perpetradas, desplazamientos masivos, destrucción de bienes civiles, además en afectar la movilidad y circulación de alimentos (10).[10] Se cuenta que los paramilitares los organizaron empresarios, hacendados y políticos que eran quienes concentraban tierras en el área, además promoviendo las acciones del organización paramilitar ¨Héroes de los Montes de María¨. Debido a los problemas de seguridad que afrontaba el país, después del 2002 empieza un proceso de desmovilización del organización paramilitar, en el año 2005 el bloque ¨Héroes de los Montes de María¨ en el municipio de María la Baja se desmovilizó con 594 paramilitares. Entre el 2003 y el 2007 con el ¨Plan Zonas de Consolidación¨ después de las desmovilizaciones, la Fuerza Pública suprime a los frentes 37 y 35 de las FARC y neutraliza a líderes del ELN, plan que sustituye el control y el dominio de organizaciones guerrilleras como paramilitares que hacen posible que el Centro de Coordinación Para la Acción Integrar (CCAI) según empiece a responder a demandas de la población en la zona, siendo una iniciativa cívico- militar que atiende procesos de atención humanitaria. La consolidación permitió la formación de nuevas juntas de acción comunal, organizaciones sociales y autoridades étnicas (12).[11]

La agenda para responder al desplazamiento, al despojo y abandono de tierras estuvo a cargo de comités municipales y departamentales de atención integral que se establecieron desde 1997 al 2010, durante el periodo de los tres años siguientes paralelamente se presentó un fenómeno de compras masivas a campesinos de la región, con irregularidades, con amenazas o intimidaciones. En los municipios del El Carmen de Bolívar y San Jacinto se declaró en riesgo por el desplazamiento a causa de las ventas masivas de tierras, además la falsedad en documentos y los mecanismos fraudulentos para cambiar la titularidad de las tierras, los campesinos desplazados no tenían suficiente asesoramiento para interponer recursos, presentar pruebas y contar con la representación de abogados, no tienen suficientes pruebas para probar que son desplazados y que son dueños de tierras, sin contar con anterioridad con títulos reconocidos por el Estado y los que tuvieron han sido perdidos a causa del conflicto armado, campesinos los cuales en condiciones de vulnerabilidad en principio han vendido de modo informal a inversionistas o comisionistas, vendedores que después se consideran desplazados y en los juzgados no se les atribuye situación de víctimas pero sí están reclamando el derecho a la tierra. Según en el 2010, El Carmen de Bolívar, en un juzgado civil había más de 1.500 procesos singulares e hipotecarios contra pequeños y grandes propietarios, campesinos y desplazados. Además las comunidades negras afectadas por el conflicto en varios municipios de Los Montes de María han organizado comités comunitarios para la titulación colectiva según territorios históricos que según les corresponden. Las comunidades Indígenas que se reconocen como parte de la etnia Zenú afectados por el conflicto armado se han desplazado desde Córdoba a algunos municipios de los Montes de María y han creado cabildos para la representación de sus intereses e intentando desde ahí retorno a su territorio tradicional y reubicación que permita integración local. Diferentes ONG, agencias humanitarias y de cooperación internacional trabajan en gestión de derechos como la seguridad personal de las víctimas, atención humanitaria y estabilización socioeconómica para la atención integral a población desplazada, además se han establecido comités departamentales y municipales donde puedan gestionar su problemática y obtener respuesta (12).[12]

A causa de la situación narrada con la Ley 160 de 1994, se delimitan en el área de la Serranía de San Jacinto o El territorio de los Montes de María ¨Zonas de Reserva Campesina¨ de 380 mil hectáreas que pretende hacer articulación institucional que complementan la sostenibilidad comunitaria y garantice un proceso de restitución de tierras en un periodo de mediano y largo plazo (13).[13]

Pero la estabilización socioeconómica es precaria, el retorno a la tierra según es desorganizado, sin garantías tanto de seguridad y reparación, sin procesos jurídicos que ofrezcan oportunidad de tenencia de tierra, vivienda y acceso a servicios públicos. Además los proyectos de quiénes concentran la tierra han impedido una organización adecuada para quienes se atribuyen ser los poseedores de los territorios y dificultando la restitución. Desde que la concentración empezó, en la década de los 90´s y en el 2000, han comenzado proyectos de cultivo de palma deteriorando y destruyendo las ciénagas que son secadas con el fin de utilizarse para cultivos y en otros casos para la ganadería (14).[14] A comienzos y mediados de la década del 2000, se denuncia la compra masiva de tierra por diferentes empresas de otras regiones que hacen acuerdos de ¨Alianzas Productivas¨ específicamente en zonas del municipio de María la Baja. Las fincas de pequeños agricultores que fueron transformadas de arroceras en ganaderas vendieron sus parcelas por deudas a los bancos y por la situación del conflicto armado interno, quiénes se veían obligados a hacer escritura que en ocasiones no era en municipios de los Montes de María. Según narran que con la tierra concentrada empieza un proyecto de aceite de palma que en lugar de emplear nueve jornales por hectárea emplea uno. Los empresarios de la palma, en el gobierno presidencial que comienza en 2002 al 2010 se favorecen con préstamos y créditos especiales para hacer distritos de riego. Los proyectos de palma entre otros tienen la pretensión de cubrir 20.000 hectáreas y en cuanto a los desplazados como a las víctimas de la violencia apelan a la Ley 1448 de 2011 y a la Ley 160 de 1994 de “Zonas de Reservas Campesinas”, indígenas y las negritudes (15) . [15]

Explicación al problema de la violencia y la violación de los Derechos Humanos 

Los Montes de María o Serranía de San Jacintino presentan dos causas que explican la situación de violencia, una que corresponde a la tenencia e utilización de la tierra y otra que es la utilización como corredor del narcotráfico, por la ubicación geográfica del área. Dos problemáticas que explican la situación de violencia y son la consecuencia de una Ley de Víctimas; Ley 1448 del 2011 que intenta hacer justicia, verdad y reparación también en esta área geográfica del país. 

Explicación de la violencia a la paz en los Montes de María Y Serranía de San Jacinto. 

El problema de la tierra no es una situación atípica en lo que se considera los Montes de María o Serranía de San Jacinto en Colombia, el problema de la tierra a causado violencia en otras partes del país desde hace mucho tiempo, pero en la región de la costa caribe, en los Montes o la Serranía, las características del conflicto amado son propias que explican la situación de violencia, donde por no existir a tiempo leyes y que el desarrollo agrícola causara prosperidad, las reformas agrarias que han concedido el derecho de propiedad de parcelas no han sido garantía, los créditos que han ofrecido las entidades bancarias para el agro no han sido los suficientes y con intereses asequibles para incentivar la generación de riqueza, además el no tener información o no existir dinámicas de mercado, tanto en las ciudades principales, intermedias y periferias rurales que generen el suficiente consumo de bienes que se producen y ser demandados los productos de esta área geográfica, contrario, generaría estabilidad de empleos, de comercio y de producción agroindustrial o en pequeña escala. En lo político no organizarse o incluirse en gremios, movimientos o partidos que permitan la cooperación y la coordinación de intereses, además los represente gestionando proyectos de políticas públicas, participando tanto en el centro de las decisiones legislativas como articulando demandas y reclamos por medio de ordenanzas departamentales y acuerdos municipales. Tercero en lo Civil en el orden legal no contar con tradición jurídica de notariado, que la propiedad como las posiciones sean reconocidas y atendidas si son vulneradas. 

En todo Colombia el narcotráfico ha generado más riqueza o una bonanza por ser un producto que ha baja cantidad genera una gran utilidad, el que sea ilegal los bienes con los que trafica el narcotráfico y el contrabando con la evasión de impuestos hace que se generen dinámicas económicas que sustituyen la producción de otros bienes que no generan la misma ganancia en el mismo tiempo y en la misma cantidad. La ilegalidad del narcotráfico hace que la riqueza se concentre en quienes dominan la producción y la distribución, el dinero que se obtiene sea invertido en bienes que no producen como el caso de la posesión de grandes extensiones de tierras no cultivadas o en empresas que no se mantienen no por los bienes que producen sino son caja menor del narcotráfico. Los bienes con los que trafica el narcotráfico y los del contrabando proviene de otros lugares que se mueven de centros de producción ha centros de consumo que en su tránsito pasan por corredores que les permite finalmente un destino. Los Montes de María o la Serranía de San Jacinto fueron parte de un corredor en los que transitan bienes con los que trafica el narcotráfico. Si la agricultura o algún otro bien que se produzca fuera más rentable que las ganancias que produce el narcotráfico no sería un problema. 

La tenencia de tierra o el deseo de poseerla y ser propietario hace que se impidan o se realicen intentos de reformas agrarias que han ocurrido en la historia del país, en la presidencia de Alfonso López Púmarejo y la de Carlos Lleras Restrepo. Ante la insuficiencia de un modelo económico que ofrezca oportunidades de financiamiento y dinámicas estables de mercado, los intentos de reformas agrarias no han servido para prevenir la violencia armada en los campos y no han sido generadoras de prosperidad, se afirma que el problema de la tenencia de tierra y la producción agrícola, también la agropecuaria y de más que se produce en minifundio, latifundio… La posibilidad que el conflicto por la tierra se solucione sería con una reforma agraria que cree tribunales agrarios, un código agrario, una jurisprudencia agraria y un derecho agrario . 

La lucha partidista y por ideologías que promueven la lucha de clases para la imposición de un régimen y un modelo económico diferente al liberal y propio de un Estado de Derecho, hacen que la propuesta de una nueva reforma sea parte de una lucha por el poder donde los ciudadanos urbanos y rurales, de diferentes clases sociales se organizan o legitiman actores que son políticos pero que en la combinación de las formas de lucha por el poder también son actores armados. La política se confunde con la lucha armada en donde los intereses y las necesidades de unos como igualmente de otros se enfrentan por el dominio y la supervivencia. En los Montes de María o la Serranía de San Jacinto los indígenas, los campesinos y los empresarios no están organizados en torno a una misma creencia, no tienen unos mismos intereses y las necesidades como los deseos son diferentes, la presencia de guerrillas hace entender que pretendían dominar el territorio no únicamente por la bonanza del narcotráfico además estarían justificando desde un discurso que la región no sea sustituida por otros propietarios, oponiéndose a nuevos inversionistas y empresas que cambiarían la dinámica productiva de la región. Los empresarios se organizan de forma diferente para logar sus intereses en oposición a una clase campesina que les impide consolidar su capital, los indígenas están vulnerados como las negritudes por no participar en la posesión de tierra y no beneficiarse de bonanzas o de la dinámica productiva. Entendiendo que el país está en un conflicto armado que se ha transformado en el tiempo, las diferencias entre las partes de un litigio o asunto político, por fallas en la justicia y el sistema político,  terminan solucionándose de forma violenta y armada. 

En cuanto a la propiedad y la tenencia de la tierra la población de gran parte del territorio colombiano se apropiado de terrenos baldíos que en el transcurso del tiempo han sido el resultado de invasiones, migraciones o expansiones a causa de la ampliación de algún producto agrícola, en estos procesos de apropiación del territorio se han presentado de forma individual o de forma colectiva pero muchos no cuenta con escrituras o documentos legales que testifique que en principio eran los dueños de tierras, y puedan ser ajusticiados quiénes han despojado y desplazado. En Los Montes de María o Serranía de San Jacinto los casos de desplazamiento y despojo no todos cuentan con la titulación de sus tierras, muchos vendieron a causa de amenazas que imponían actores armados y están reclamando su propiedad por ser usurpada. 

El fenómeno de violencia y el conflicto armado que causó la tenencia de tierra y que se presenta en el área geográfica de los Montes de María o Serranía San Jacinto puede ser cambiando y solucionado desde lo económico, lo político y lo jurídico, no únicamente esperar a que se creen y con persecución a las mafias o bandas de delincuentes, desmovilización de paramilitares y operaciones militares todo se mantenga después en orden. El país en su historia, los que hacen decisiones políticas tienen que tener otra alternativa para que la solución no sea el enfrentamiento por la fuerza de un adversario político, enemigo ideológico o discordia por tener unos mismos intereses o ser diferentes. 

Es necesario que se diseñe un modelo económico que permita que sea más rentable en el área de la Serranía de San Jacinto o Los Montes de María la producción agroindustrial, a cambio de utilizarse para traficar con bienes ilegales, además un modelo económico incluyente que incentive a la asociación, coordinación y cooperación, resultado de un conceso entre organizaciones de campesinos, negritudes e indígenas y empresarios para lograr la producción de bienes que generen riqueza a todos y no más la concentración de la riqueza. En cuanto a la política del área geográfica organizar a los municipios en una asociación o conformar una provincia de acuerdo con el artículo 321 de la Constitución Política de Colombia que permita gestionar de forma autónoma e independiente sus recursos y competencias, como gestionar problemas comunes que se presentan en la presentación de servicios públicos, promueva las prácticas de representación y participación democrática y ejerzan un control político. En lo jurídico disponer de métodos que permita la reconstrucción de los hechos violentos, se haga justicia y repare, además se compruebe de quién verdaderamente es la tierra, a quién le corresponde como se reconozca a un propietario sea colectivo o individual. 

De la violencia en el territorio de los Montes de María o Serranía de San Jacinto ha resultado destrucción y un número de víctimas que igualmente como en otros lugares del país hacen parte de un problema estructural que se entiende desde lo político, lo jurídico y lo económico. El régimen ha sido ineficiente para responder a tiempo la problemática y para poder superar esta situación en su momento, evitar la violencia y el conflicto armado que ocurrió. No únicamente será necesario que se solucionen problemas que causan violencia en estos tres aspectos, lo esencial es la voluntad de la sociedad civil para reconocer que no tienen una identidad común que permita la reconstrucción, la reconciliación y el perdón, identidad perdida en bandos armados que causaron muerte y destrucción como el olvido de una verdadera identidad, que está en su folklor, que es lo único que los puede identificar en una nación pluralista, multicultural que empieza un proceso de paz con la Ley de Víctimas pero a largo plazo podrá demostrar si es la respuesta a los problemas no únicamente del área geográfica que se explicó en la República de Colombia. 


Anexos 
Campesinos se oponen a cultivos de palma en Montes de María 


Confirman salida de registradora de Bolívar por despojo de tierras 


La masacre de El Salado (Semana) 

El Salado: Rostro de una masacre - Parte 1 


Gobierno ordenó intervención en tierras de los Montes de María 

Vuelve al cargo registradora destituida por caso de Montes de María 
Santos pide a pobladores de Montes de María no creer en amenazas 
Minagricultura tiene en la mira a los Montes de María 

El despojo de la Tierra 


Este domingo la adrenalina se toma Los Montes de María 


Bibliografía 

Referencias 

(1)Instituto Geográfico Agustín De Codazzi. Atlas Básico de Colombia tomo I y II. Séptima edición Imprenta Nacional de Colombia. 2008. Bogotá 

(2) Música, Los Gaiteros de San Jacinto canción Mi Regreso, y Los Gaiteros de San Jacinto canción El Millo se Modernizo 

(3)Instituto Geográfico Agustín De Codazzi. 

(4)[1]Banco De La República, Museo Del Oro Zenú en Cartagena de Indias, http://banrep.org/museo/esp/expo_cartagena3.htm

(5)[1]Banco De La República 

(6)Banco De La República 

(7) El Espectador, Montes de María. Molano Bravo, Alfredo 21 Mayo 2011 - 9:00 pm. http://www.elespectador.com/impreso/nacional/articulo-271613-montes-de-maria

(8) Agendas pendientes: La Estabilización Socioeconómica y La Reparación. Colección de Cuadernos INDH 2011. Programa De Las Naciones Unidas Para el Desarrollo. 2011. Bogotá http://www.acnur.org/biblioteca/pdf/7599.pdf?view=1

(9)Colección de Cuadernos INDH 2011 

(10) Cubillos Novella, Andrés Felipe. El Caso De Los Montes De María A La Luz De Las Teorías Sobre Construcción Dinámica De Paz. Salamanca, Ernesto Manuel coordinador. Las Practicas De La Resolución De Conflictos en América Latina 

(11)Colección de Cuadernos INDH 2011 

(12) Colección de Cuadernos INDH 2011 

(13)Colección de Cuadernos INDH 2011 

(14) Colección de Cuadernos INDH 2011 

(15) Colección de Cuadernos INDH 2011 

(16) El Espectador, Montes de María 

Note in 2011 

Editado y Modificado septiembre 22 del 2015 

Bibliografía 

Aguilar, Fernando. La lógica de la cooperación.En Intereses individuales y acción colectiva. , Ed. Pablo Iglesias.1991.Madrid. 

Agendas pendientes: La Estabilización Socioeconómica y La Reparación. Colección de Cuadernos INDH 2011. Programa De Las Naciones Unidas Para el Desarrollo. 2011. Bogotá http://www.acnur.org/biblioteca/pdf/7599.pdf?view=1

Banco De La República, Museo Del Oro Zenú en Cartagena de Indias, http://banrep.org/museo/esp/expo_cartagena3.htm

Cárdenas, Juan Camilo. El dilema de lo colectivo. Dilemas de lo colectivo: Instituciones, pobreza y cooperación en el manejo local de RUC, 2009.Bogotá. 

Cubillos Novella, Andrés Felipe. El Caso De Los Montes De María A La Luz De Las Teorías Sobre Construcción Dinámica De Paz. Salamanca, Ernesto Manuel coordinador. Las Practicas De La Resolución De Conflictos en América Latina. 

El Espectador, Montes de María. Molano Bravo, Alfredo 21 Mayo 2011 - 9:00 pm. http://www.elespectador.com/impreso/nacional/articulo-271613-montes-de-maria

El Espectador. Sincelejo, el Banco de Las bandas Emergentes, 9 Abr 2009 - 12:05 am 

Fe De Erratas, 75 Días En Los Montes de María. Murcia Gómez, Verónica. Enero – Julio 2007 nº 6. Pontificia Universidad javeriana. Bogotá. 

Instituto Geográfico Agustín De Codazzi. Atlas Básico de Colombia tomo I y II. Séptima edición Imprenta Nacional de Colombia. 2008. Bogotá 

Música, Los Gaiteros de San Jacinto canción Mi Regreso, 

Música, Matilde Díaz con Lucho Bermudez canción Carmen de Bolívar 

North, Mantzavinos y Shariq. Learning, Institutions and Economic Performance.Perspectives on politics, cambriech 2004. Cambridge 

[1]Instituto Geográfico Agustín De Codazzi. Atlas Básico de Colombia tomo I y II. Séptima edición Imprenta Nacional de Colombia. 2008. Bogotá 

[2]Música, Los Gaiteros de San Jacinto canción Mi Regreso, y Los Gaiteros de San Jacinto canción El Millo se Modernizo 

[3]Instituto Geográfico Agustín De Codazzi 

[4]Banco De La República, Museo Del Oro Zenú en Cartagena de Indias,http://banrep.org/museo/esp/expo_cartagena3.htm

[5]Banco De La República 

[6]El Espectador, Montes de María. Molano Bravo, Alfredo 21 Mayo 2011 - 9:00 pm. http://www.elespectador.com/impreso/nacional/articulo-271613-montes-de-maria

[7]Agendas pendientes: La Estabilización Socioeconómica y La Reparación. Colección de Cuadernos INDH 2011. Programa De Las Naciones Unidas Para el Desarrollo. 2011. Bogotá http://www.acnur.org/biblioteca/pdf/7599.pdf?view=1

[8]Colección de Cuadernos INDH 2011 

[9]Cubillos Novella, Andrés Felipe. El Caso De Los Montes De María A La Luz De Las Teorías Sobre Construcción Dinámica De Paz. Salamanca, Ernesto Manuel coordinador. Las Practicas De La Resolución De Conflictos en América Latina 

[10]Colección de Cuadernos INDH 2011 

[11]Colección de Cuadernos INDH 2011 

[12]Colección de Cuadernos INDH 2011 

[13]Colección de Cuadernos INDH 2011 

[14]Colección de Cuadernos INDH 2011 

[15]El Espectador, Montes de María